Por: Jorge E. Jiménez. @Jolombiano / Tw: @CinefilosRadio / Fb: Cinéfilos Radio
Con
la canción “Cali, pachanguero” comienza Amores
Peligrosos, la segunda parte del tríptico, La ambición destruye, que tuvo su primera entrega en 2004 con la
película El Rey.
Este
inicio marca la pauta de lo que será una película que apuesta por la salsa; en
cortes musicales, la vida nocturna y la
fantasía del dinero mal habido. Un relato en el que la salsa y el picante hacen parte de
un tejido agitado y vertiginoso.
El personaje central es Sofía, una joven que no toma
muy enserio sus decisiones para el romance, se deslumbra por los lujos dejándose llevar por los arrebatos de eros. Es interpretada por Juanita Arias quien debuta en las
pantallas colombianas.
La actriz le imprime a su
papel la jovialidad, la alegría y la picardía de manera muy natural.
La desbordada Sofía, conocerá las bajas pasiones de un mundo apestoso: La tensión de la guerra entre el cartel de Cali y el cartel de Medellín es tomado como contexto histórico para ubicar el relato.
Como reseñas bibliográficas se encuentran los libros
“Quítate de la vía perico” (2002) autoría de Umberto Valverde y “La Peste” (1947) de Albert Camus. Referencias que se pueden apreciar en los pasajes de la película.

El
experimentado director y guionista Antonio Dorado Zúñiga junto a Umberto Valverde, co-guionista (foto); basan a modo de símil los personajes
involucrados en el narcotráfico con las
ratas; una peste que ronda, husmea y se vuelve anfitriona de una ciudad que
siempre ha sido rumbera.
Tony -Jean Paul Leroux- le abre las puertas del espejismo a Sofía.
Marlon Moreno adoptó el papel de Fernando: un individuo contemplativo, silencioso, casi que apagado, no deslumbra. Aparentemente es romántico y tan solo le basta un susurro al oído para solucionar los problemas del “negocio”.
Su esposa es Carolina, interpretada por Kathy Sáenz, ella es la Reina; con la extravagancia y lujos bizarros que caracterizan a la “cultura” mafiosa.
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